miércoles, 6 de noviembre de 2019

La vida es una planta creciendo


Hoy tuve la gran suerte de vivir la conferencia de Joaquín Araujo “Planeta vida”, que se celebró en AFundación, en el Cantón Grande de A Coruña. Presentaba la exposición "Nuestro Planeta" que se podrá visitar hasta el 8 de febrero del año que viene (2020). Echa un vistazo porque es "más que una exposición".

Para mi fue una experiencia que me ha devuelto algo de mí misma. Que me ha trasladado a mi esencia, a lo que soy, a lo que siento. Fue una conferencia que me reconectó con mis principios, por lo que estoy tremendamente agradecida.

No será fácil resumir pero voy a intentarlo, porque quiero compartir las ideas clave con las que quedarse. Al menos con las que me quedé yo.

Lo primero de todo: no olvidarse de que somos seres vivos. Qué obviedad, no? Pero la realidad es que nos comportamos como si no lo fuéramos. Hay que recordar que respiramos, que crecemos, que estamos conectados con nuestro planeta y con todos los compañeros vivos que habitan en él. Si lo piensas un poco, verás que sí es necesario recordarlo, porque actuamos como si todo nos diera igual: contaminar el aire nos da igual, contaminar el agua nos da igual, cambiar el clima nos da igual… como si la vida no fuera con nosotros.

Os pongo un ejemplo práctico. Hay una pequeña cuestión que me chirría muchas veces, y sucede sobre todo en el ámbito escolar, pero no exclusivamente. Seguro que os habrá pasado, de una forma u otra. La cuestión es que se enseña a los peques que “las personas no somos animales”. Un día en una actividad extraescolar, mi compañero les pide a los niños y niñas que rodeen con un círculo a todos los animales que vean en una lámina que les ha dado. Hay un payaso entre todas esas imágenes. Les insinúo que el payaso también es un animal y él les dice, con tono divertido, que yo estoy tratando de engañarles. Estaba convencido de que yo intentaba confundirles para hacerles pensar. Siempre (me) pregunto si entonces las personas somos plantas u hongos… y la respuesta siempre es la misma. No, no, somos “personas”.
Para mi este pequeño gesto representa a la perfección esa desconexión que tenemos con la propia vida, con la propia naturaleza, con nuestro origen. Somos fauna, nos guste o no. A mi me encanta, por cierto. 

Otra idea abrumadora: la vida es valiosa por sí misma, por lo improbable de su existencia, por lo escasa que es en el Universo conocido. Como se suele decir, este es el único planeta que sabemos que tiene vida, es el único lugar del cosmos donde sabemos que hay mariposas, osos panda, ballenas, etc. No hay en ningún otro lugar. Cuando una especie se extingue aquí, se extingue en todo el Universo. Fin. No hay más. Se acabó. La extinción es un drama y en cambio la existencia es magnífica y sorprendente.
Kanji chino que significa vida... es una planta creciendo.

Es muy curioso que las noticias siempre se centren en la muerte, en la destrucción, en la violencia…y nos incitan al odio, al miedo. Terrible. Triste. Es muy raro que hablen de la vida, de las cosas buenas, de la belleza. No se abre ningún telediario con la noticia de que hoy ha ahijado el trigo. No sabes lo que es? Pues es un suceso maravilloso. De un pequeño granito nace una planta y salen 300 granitos más. Flipante. Pero eso parece que no nos hace gracia. Eso no va con nosotros.  Eso es una tontería. Pues esa "tontería" es un fenómeno extraordinario y único en todo el Universo.

Si reconectásemos con la vida podríamos recuperar el asombro verdadero. La vida es fascinante, ojalá volvamos a sentirla así.

La última gran idea que me gustaría recuperar de esta conferencia es sencilla pero potente. Claro, la pregunta es obvia: qué podemos hacer? No queremos sentirnos impotentes, no queremos dar la espalda a los problemas ambientales, a la destrucción despiadada a la que estamos sometiendo a este pequeño (y alucinante) punto azul pálido en el cosmos. A estas alturas ya sabemos que la muerte va ganando a la vida. Que la destrucción lleva muchos puntos de ventaja. Que desaparecen seres vivos a un ritmo espeluznante. Hacemos sufrir a otros seres sin piedad, incluso de nuestra propia especie, como psicópatas desalmados. Pero ya no queremos seguir mirando hacia otro lado.
 
Entonces, qué podemos hacer? El consejo de Joaquín es sencillo, como digo, pero muy potente. No esperes a nadie. No esperes a que el alcalde de turno, o que el gobierno, o que la ONU hagan nosequé o tomen tal o cual medida. No esperes. Haz tú, ya, desde ahora. Que puedes reducir el consumo de electricidad? Hazlo. Que puedes dejar de usar plásticos? Hazlo. Hazlo ahora. Vamos tarde, así que no hay mucho tiempo para dudas y excusas. Cada día un poquito más. Cada día un poquito mejor.

Con eso basta? Probablemente no. Ya dije que vamos tarde. Pero si servimos de ejemplo, si conseguimos movilizar a otras personas, estaremos haciendo algo más. Si nos agrupamos y hacemos presión desde la colectividad, estaremos haciendo algo más. Todo es importante. Cada pequeño paso cuenta, aunque no nos lo parezca. Y sobre todo, digo yo, que al final, cuando tu batalla termine, seguro que querrás saber que has hecho todo lo posible luchando en el lado de los buenos, en el lado de los vivos.

Se me han quedado mil cosas que contarte. Entre las que Joaquín ha compartido en la conferencia y las que me ha hecho pensar, tengo casi para escribir un libro! Pero tranqui, que no lo voy a hacer. Así quedan cositas para compartir contigo otro día. Me despido recomendándote un libro chulísimo, que tuve la suerte de que me firmase hoy, después de llevar conmigo muchos años, que se titula "Todavía vivo". En unos meses esta joya cumple 40 años y me contaba que fue el primer libro que publicó. Con lo que me hizo más ilusión todavía. Si lo quieres, espérate, porque en breve lo va a reeditar ampliado!



Muchas gracias por leerme. No te olvides de ser muy feliz y, como dice Joaquín, que la vida te atalante!